• Image of Adiós, buen domingo / Daniel Treviño
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Una familia madrileña. Típica. Compatible. Muy típica. Una madre, un padre con narcolepsia, católicos, tres hijos, un piso, un piano, unas plantas de terraza. Con esos elementos Daniel Treviño traza una suerte de costumbrismo del siglo XXI en el que es fácil reconocer algunas señas de identidad de la clase media española: decadencia y milagro.

Adiós, buen domingo es un conjunto de relatos que se superponen como electrodomésticos en el trastero de las cosas entrañables e inútiles. Como una memoria, la nuestra, la de todos, llamada a refundar el concepto de familia, de comunidad, de urbe.